- «La violencia y la tecnología, no hacen buena pareja.»
- ―Eddie Carr a Ian Malcolm
Eddie Carr (29 de junio de 1955 - 28 de mayo de 1997) fue un ingeniero mecánico estadounidense y propietario / operador de Mobile Field Systems. Se destaca por haber sido miembro de la expedición de los “Recolectores”, enviada a Isla Sorna por el Dr. John Hammond, fundador y ex-CEO de International Genetic Technologies, en 1997; fue el especialista en equipos de campo seleccionado por Hammond para proporcionar al equipo suministros y vehículos especialmente diseñados. Carr murió debido a un ataque animal el 28 de mayo de 1997, siendo la primera víctima confirmada de los incidentes ocurridos ese año.
Eddie aparece tanto en el canon literario del autor Michael Crichton como en el canon cinematográfico de la saga Jurassic Park, teniendo aparición en la novela The Lost World y en su adaptación cinematográfica homónima, The Lost World: Jurassic Park, siendo interpretado por el actor Richard Schiff.
Sin embargo, sus dos versiones son muy diferentes en ambos medios: mientras que en la película es el experto tecnológico del grupo, en la novela es solo el asistente de Jack Thorne, es más joven y su muerte es distinta.
Canon Cinematográfico[]
Vida temprana[]
Eddie Carr nació el 29 de junio de 1955. Su lugar de nacimiento (probablemente en los Estados Unidos de América) hasta ahora no se ha revelado y, de manera similar, se sabe poco sobre su familia y su infancia. Según un archivo que John Hammond tenía sobre él, su número de seguro social era 362-54-6583.
Carr se graduó del Instituto de Tecnología de Michigan en la primavera de 1975 con una licenciatura en ingeniería. Tendría diecinueve años en ese momento, estando a punto de cumplir los veinte, lo que significa que comenzó la universidad a una edad temprana. Por el momento no se sabe si participó en un programa acelerado o comenzó una carrera de cuatro años en 1971, con solo dieciséis años. De cualquier manera, su carrera universitaria fue claramente impresionante y posteriormente comenzó un posgrado.
En la primavera de 1978, tres años después de su licenciatura, Eddie Carr terminó una vez más la escuela en el Instituto de Tecnología de Michigan. Esta vez tuvo su maestría en ingeniería mecánica y diseño. A medida que continuaba su carrera, se mantuvo actualizado sobre los avances en tecnología; por ejemplo, en 1990, a los treinta y cinco años, asistió a la Extensión del MIT y estudió diseño informático.
Mobile Field Systems[]
En la década de 1990, Carr se había convertido en un respetado ingeniero que desarrollaba y modificaba vehículos y otras tecnologías para el trabajo de campo. Su garaje de California era la base de operaciones de Mobile Field Systems (Sistemas de Campo Móviles), una empresa de su propiedad. Su lugar de residencia a fines de la década de 1990 era 3765 Harbor Boulevard, en San Diego, California. Contrató a varios ingenieros que, bajo su dirección, ensamblaron o modificaron las máquinas necesarias para las solicitudes de sus clientes. Carr se enorgullecía de su trabajo, en particular de su habilidad con la tecnología compleja. Este orgullo no era infundado: su habilidad para modificar vehículos todo terreno, así como la comunicación por satélite, lo hicieron muy recomendado y elogiado por todos sus clientes.
Con el tiempo, Mobile Field Systems creció y Carr se volvió cada vez más ocupado. Su empresa probablemente se expandió, empleando cada vez más ingenieros y mecánicos. Para 1997, tenía más negocios de los que podía manejar.
Los datos en los archivos de computadora de Hammond brindan información personal sobre Eddie Carr durante este período de tiempo; su número de teléfono era (619) 555-6658 y su número de fax era (310) 555-3648. Su altura es de 5'9 ″ y su peso de 165 libras. Sin embargo, el archivo en la oficina de Hammond en el sitio web de InGen IntraNet lo describe como de 5'10 ” y 160 libras.
Operación de documentación (1997)[]
Probablemente estaba al tanto de International Genetic Technologies, una empresa con sede en la parte sur del estado, pero se desconoce si alguna vez lo contrataron para equipos de campo o vehículos. InGen era una compoañia reservada, a la vanguardia de la revolución de la bioingeniería en la década de 1980. Sin embargo, tuvo problemas financieros a principios de la década de 1990 debido a algún tipo de desastre corporativo en una de sus ubicaciones. En 1995, un matemático llamado Ian Malcolm afirmó en la televisión nacional haber sido testigo de este supuesto desastre, y declaró a un público incrédulo que InGen había resucitado a los dinosaurios de la extinción en la isla costarricense de Nublar. Pocos creyeron seriamente que tal cosa fuera posible.
Carr se vería envuelto inesperadamente en esta extraña historia cuando fue contactado a principios de 1997 por el enigmático empresario John Hammond, fundador y CEO de InGen. Carr no sabía que Hammond lo había estado vigilando a él y a otras personas de interés. En su residencia en la ciudad de Nueva York, Hammond le reveló a Carr que el Dr. Malcolm había estado diciendo la verdad sobre los eventos de 1993, y que los dinosaurios realmente habían sido resucitados. Sin embargo, la historia era más profunda que esto: los animales habían sido criados en un centro de investigación en Isla Sorna, otra isla remota, más adentro del Golfo de Fernández que Nublar, y seguían con vida allí. InGen tenía salvaguardias contra los dinosaurios que sobrevivían en la naturaleza, pero de alguna manera se habían eludido; Hammond también había contratado a una científica, la Dra. Sarah Harding, para investigar esto. Harding partió hacia Isla Sorna, arribando el 22 de mayo. Mientras tanto, Carr tenía la tarea de preparar el equipo de campo: Hammond tenía la intención de enviar un equipo de cuatro, denominado los “Recolectores”, para documentar a los dinosaurios salvajes de Isla Sorna. Con evidencia fotográfica y de video, pretendía influir en la opinión pública hacia la preservación y designar a la isla como una reserva de vida silvestre para especies animales en extinción. El tercer miembro del equipo fue el documentalista de video Nick Van Owen; para el cuarto miembro, Hammond tenía la intención de contratar al propio Dr. Malcolm. Harding era la pareja romántica de Malcolm, lo que podría ser suficiente para persuadir al matemático de otro encuentro con los dinosaurios.
Carr y sus empleados trabajaron rápidamente para preparar los vehículos y el equipo en tan poco tiempo. Se estaban preparando cuatro vehículos para su llegada a finales de mes. Tres de ellos eran Mercedes-Benz ML 320 de 1997, destinados al transporte terrestre, mientras que el tercero era un RV Fleetwood Southwind Storm de 1996 y un remolque equipado con un laboratorio. Este vehículo actuaría como una base de operaciones móvil para el equipo. Carr personalizó el RV y el remolque para adaptarlos a las necesidades de los científicos, incluido el equipamiento con un motor eléctrico silencioso y liviano. Los otros vehículos también fueron personalizados. Además de los vehículos, Eddie preparó equipos como una plataforma elevada llamada “Escondite Alto"; esta se fijaría a un árbol alto, fuera del camino de los animales, y se disfrazaría con plantas nativas no comestibles. Los investigadores podrían permanecer aquí de forma segura, observando a los animales sin ser detectados. Mantener la Isla Sorna prístina era uno de los principales objetivos de la Dra. Harding; quería que los dinosaurios continuaran exhibiendo sus comportamientos naturales en lugar de verse afectados por la presencia humana. Carr le había proporcionado un teléfono satelital antes de su partida, pero no tuvo noticias de ella durante días desde entonces. En defensa propia, llevó consigo un rifle de aire comprimido Lindstradt, provisto de dardos cargados con el veneno de Conus purpurascens, uno de los caracoles más venenosos del mundo. Si un animal atacara, esta arma podría usarse para eliminar la amenaza sin dolor.
Viaje a Isla Sorna[]
El Dr. Malcolm llegó inesperadamente a Mobile Field Systems el 27 de mayo exigiendo que la expedición partiera de inmediato, sin embargo, todavía quedaba mucho trabajo por hacer. Malcolm se había enterado por Hammond de que la Dra. Harding estaba sola en Isla Sorna y no estaba interesado en la investigación, sino en hacer un rescate. La falta de noticias de la Dra. Harding a Carr definitivamente no fue tomada como una buena noticia por el Dr. Malcolm, a pesar de la miríada de razones por las que Harding podría no haber contestado su teléfono satelital. Nick Van Owen también se unió a ellos en este momento, y conoció a Malcolm; sólo habría tenido unos días para conocer a Eddie antes de esto. También llegó al lugar la joven hija de Malcolm, Kelly, quien se sintió decepcionada al saber que su padre estaría fuera por unos días.
A pesar de la naturaleza incompleta del equipo, la insistencia de Malcolm ganó, y los “Recolectores” partieron lo antes posible hacia Costa Rica. Sólo llevaron dos de los vehículos Mercedes, el AAV Santana y Fontana; el Montana se quedó atrás porque Harding ya estaba en la isla y, por lo tanto, no podía conducirlo. Carr probablemente conducía el Fleetwood, ya que era el vehículo más complejo de su caravana. Desde Costa Rica, los vehículos fueron cargados en la barcaza Mar del Plata y enviados hacia el oeste, a través del Pacífico, hasta la costa este de Isla Sorna. Eddie continuaba dudando de lo que realmente encontrarían en la isla; hasta ese momento, la única prueba que tenía de la existencia de dinosaurios era lo que había escuchado de Malcolm y Hammond, además de información de segunda mano de Harding. Aún así, el cheque de pago de Hammond fue suficiente para que siguiera adelante. Malcolm advirtió continuamente a Carr y Van Owen sobre los peligros de su misión, criticando cualquier detalle menor que pudiera encontrar para demostrar que no estaban preparados adecuadamente.
El Mar del Plata arribó a Isla Sorna el 28 de mayo y tocó tierra en una laguna de agua salada conectada al mar. Su capitán, un hombre llamado Carlos, no estaba dispuesto a quedarse mucho tiempo debido a los rumores locales sobre desapariciones cerca del Archipiélago de Muertes; los descargó y esperó en alta mar la llamada telefónica por satélite.
Desde la laguna, los tres vehículos se trasladaron hacia el norte, estableciendo un campamento base cerca de unos acantilados en la parte noreste de la isla. Esto estaba lejos del interior de la zona central, donde los escáneres térmicos satelitales de Hammond habían detectado grupos de dinosaurios carnívoros que anidaban, y en un área donde la mayoría de los animales no tendrían motivos para ir. La señal de GPS del teléfono satelital de Sarah estaba al sur, más adentro del bosque; este era demasiado denso y el terreno demasiado accidentado para los vehículos grandes, por lo que los tres hombres avanzaron a pie. Finalmente llegaron a la fuente de la señal: la mochila de la Dra. Harding, pero estaba destrozada en el suelo junto a un arroyo. Los “Recolectores” llamaron a la Dra. Harding, esperando que estuviera cerca, pero en cambio tuvieron su primer encuentro con los animales de InGen.
Nada podría haber preparado a Eddie para lo que presenció: un grupo de dinosaurios, inconfundiblemente Stegosaurus, cruzó el pequeño claro a ambos lados de ellos. Las criaturas eran enormes, algunas de ellas de más de diez metros de largo, con grandes placas triangulares en la espalda y púas de un metro en la cola. Para Malcolm, todo esto le resultaba familiar, ya que había visto a otros dinosaurios antes, y les advirtió que su próximo encuentro podría no ser tan inofensivo. Pronto, se encontraron con la Dra. Harding, quien explicó que su mochila había sido dañada desde mucho antes de que fuera a Isla Sorna. Estaba gratamente sorprendida de que el Dr. Malcolm hubiera sido convencido de viajar a la isla, incluso si solo lo hacía para protegerla, y actualizó al grupo sobre su investigación hasta el momento; sus estudios se habían centrado en los estegosaurios y había hecho interesantes descubrimientos sobre sus conductas de crianza y dieta. Mientras los conducía a lo largo del arroyo, aprovechó la oportunidad para fotografiar a un joven estegosaurio de cerca, pero provocó una respuesta protectora de su familia. Carr tuvo que luchar con Malcolm para evitar que se armara y corriera al rescate, absteniéndose de disparar el arma él mismo ya que los dinosaurios solo estaban protegiendo a su descendencia. Sarah logró evitar a los dinosaurios adultos y regresar a salvo con los demás, y abandonaron el área para regresar al campamento.
En el camino de regreso, Carr notó humo de un fuego que venía de su campamento. Los cuatro se apresuraron a apagar las llamas, encontrando que solo había una pequeño fuego ardiendo; parecía armado artificialmente, como una fogata, y pronto descubrieron la causa: Kelly Malcolm se había escondido en el remolque trasero, ocultándose allí durante el trayecto a Costa Rica, y había encendido la fogata para preparar comida para los demás. Ella no estaba al tanto de la naturaleza de su viaje, creyendo que Malcolm había estado en asuntos universitarios como de costumbre. Ian intentó inmediatamente comunicarse con el Mar del Plata, pero no pudo operar la radio correctamente. Trató el equipo con rudeza en su frustración, lo que molestó a Eddie, quien encontró que la falta de habilidad de Malcolm con la tecnología era un rasgo desconcertante para un matemático.
Mientras Malcolm intentaba ponerse en contacto con la barcaza, se produjo actividad en el exterior. Eddie y Nick notaron que una flota de helicópteros se acercaba a la isla, después de haber partido de barcos anclados en alta mar. Llevaban una gama de vehículos todo terreno muy personalizados y, a pesar del logotipo de InGen en los helicópteros, los vehículos claramente no eran obra de Carr. Al principio, Eddie estaba confundido en cuanto a por qué dos equipos de InGen diferentes habían sido enviados a Isla Sorna, y se preguntó por qué no sabía sobre esto, pero Ian y Sarah pudieron confirmar rápidamente que Hammond ya no estaba a cargo de InGen; a partir del 26 de mayo, el cargo de director ejecutivo había recaído en el ex presidente de la junta, Peter Ludlow. Su misión no había sido para InGen, sino para Hammond personalmente, y claramente Ludlow tenía sus propios planes.
Los Recolectores observaron, atónitos, cómo el equipo de cazadores de Ludlow fue enviado a un sendero de caza en el norte de la isla y comenzó a reunir dinosaurios. Cualquier esperanza de dejar la isla casi intacta se había esfumado; los comportamientos naturales de los dinosaurios se habían interrumpido por completo, con una buena docena de criaturas capturadas y retiradas de su hábitat. Al anochecer, los Recolectores habían localizado el campamento de los “Cosechadores”, donde Ludlow retenía a los dinosaurios para su eventual remoción de Isla Sorna. A pesar de la situación, Carr no pudo evitar sentirse impresionado por la calidad del equipo utilizado por los Cazadores, y se dio cuenta de que su equipo era claramente el mejor financiado. En este momento, su única ventaja era el elemento sorpresa. Van Owen reveló que Hammond le había dicho solo a él que Ludlow podría dirigirse a Isla Sorna, y que le había confiado la tarea de saboteara a Ludlow de ser necesario. El objetivo de Ludlow estaba bastante claro ahora; planeaba usar los dinosaurios como exhibiciones para un parque ubicado en San Diego, donde InGen ya poseía una propiedad, y salvar a la compañía de la bancarrota.
Incidente[]
Los Recolectores se separaron. Mientras Malcolm llebava a Kelly de regreso al campamento, Van Owen y la Dra. Harding planearon su infiltración en el campamento de los Cazadores de InGen para liberar a los dinosaurios. Mientras tanto, Eddie instaló el Escondite Alto, usando un cabrestante adjunto al Mercedes Santana para subirlo a los árboles. Este proceso se prolongó hasta bien entrada la noche, durante el cual Ian continuaría sus confusos intentos de contactar al Mar del Plata y los demás sabotearon a InGen. Mientras Carr terminaba de instalar la plataforma, el Mercedes Fontana, conducido por Sarah y Nick, pasó en ruta desde el campamento de los “Cosechadores” al suyo. Al pasar el vehículo, Eddie notó un sonido extraño que provenía de él. El ruido no era el del vehículo; sonaba más como un animal.
No mucho después, llegaron Malcolm y Kelly, solicitando que los elevara de inmediato a las copas de los árboles en la plataforma. Carr obedeció, notando su comportamiento aterrorizado y su renuencia a decirle lo que estaba pasando. Ya suspendidos en el dosel más alto, muy por encima del suelo, y ocultos a los ojos y narices de los animales por los helechos adheridos a la plataforma, ahora estaban a salvo, e Ian trató de calmar a su asustada hija. Mientras lo hacía, se escuchó un bramido espeluznante en la jungla de abajo, y fueron testigos de cómo los árboles se apartaban cuando algo enorme pasaba. Se dirigía directamente al campamento de los Recolectores, siguiendo el extraño ruido que había escuchado Eddie. Malcolm inmediatamente apagó las luces del Escondite Alto, su instinto insinuaba que había visto una situación como esta antes. Carr se enteró de lo que estaba pasando: Nick había descubierto un bebé Tyrannosaurus rex herido en el campamento de los Cazadores y lo llevaron al laboratorio móvil para tratarlo. Ese era el extraño sonido que Eddie había escuchado del Mercedes, y el bramido de la jungla en ese momento era el sonido de un adulto.
Malcolm intentó desesperadamente ponerse en contacto con el laboratorio móvil, pero nadie contestó. En cambio, optó por ir a pie para advertir a los demás de la situación. Carr le enseñó rápidamente cómo usar el cable para bajar al suelo del bosque; Malcolm se deslizó hacia a máxima velocidad, cayendo mucho más rápido de lo que Eddie hubiera aconsejado. Ahora a solas con Kelly, era tarea de Carr vigilar la situación y mantener a la joven lo más segura posible. Vieron como Malcolm llegaba al campamento segundos antes que no solo uno, sino dos tiranosaurios adultos arribaran a la zona también. Uno de ellos, una hembra, embistió al otro Mercedes, haciendo que cayera por los acantilados, y luego tanto la hembra como el otro ejemplar, un macho, rodearon el remolque. Después de una tensa confrontación, Malcolm y Harding devolvieron el Tyrannosaurus juvenil, ahora vendado y curado, a sus padres. Los tres dinosaurios regresaron al bosque y los Recolectores pudieron salir vivos. Eddie llamó por radio al laboratorio para informarles que la crisis había terminado.
Lamentablemente, el conflicto acababa de comenzar. Antes de que pudiera darse cuenta y advertir a sus compañeros, ambos Tyrannosaurus adultos salieron repentinamente de la jungla y embistieron los remolques, volcando el vehículo trasero y empujándolo por el acantilado. El conector de acordeón se mantuvo firme, pero el remolque estaba suspendido a cientos de pies sobre una costa rocosa. Si los pasajeros todavía estaban dentro del remolque cuando los Tyrannosaurus lo golpearon, ahora estaban en peligro de caer y morir. Eddie dejó a Kelly en la seguridad del Escondite Alto, desconectando el cabrestante del Santana de la plataforma para luego dirigirse hacia el campamento.
Encontró a sus tres compañeros con vida pero aferrados al interior del remolque. Afortunadamente, la sólida construcción del “acordeón” dejaba suficiente espacio para que pasaran, en lugar de ser torcidos y cerrados, por lo que pudo arrojarles una cuerda, que ató al tocón de un árbol. La suerte estaba lejos de estar de su lado, pues la lluvia convirtió el suelo terroso en barro. Las ruedas del RV ya no tenían la tracción para mantenerlo en su lugar y el peso del remolque comenzó a arrastrarlo. La lluvia también hacía que la cuerda estuviera resbaladiza, y en un momento el nudo se deshizo y Carr tuvo que volver a atarlo. Con el fin de ganar un tiempo precioso para los otros Recolectores, Eddie conectó el cabrestante del Santana al frente de la RV, confiando en el suelo más seco cerca del borde del bosque para darle a sus ruedas más tracción de la que la RV podría conseguir en el barro. Puso el Mercedes en reversa, y se las arregló para evitar que la caravana se deslizara más, pero su peso de diez toneladas era demasiado para subirla. Fue todo lo que pudo hacer para mantener el vehículo más grande en un solo lugar.
Muerte[]
La situación fue de mal en peor. Advirtió unas fuertes pisadas detrás del Mercedes; la conmoción había llamado la atención de los padres Tyrannosaurus, que regresaron al lugar del ataque para terminar el trabajo. Eddie ahora estaba cara a cara con los enormes animales, el macho arrancó el techo de burbuja del Santana mientras la hembra inmovilizaba el vehículo. Las enormes mandíbulas se clavaron en el Mercedes, activaron la bolsa de aire del asiento del conductor y obligaron a Carr a sumergirse en el asiento del pasajero para protegerse. A lo largo de todo esto, se las arregló para mantener su pie presionando el acelerador. Agarró el rifle Lindstradt, equipado con sus letales dardos de toxinas, pero se había enredado con la red de malla del vehículo durante la lucha. Incapaz de liberarlo, Eddie fue atrapado por el macho, que lo agarró de la pierna derecha y lo levantó en el aire.
Luego de volar por los aires, las mandíbulas del macho se cerraron sobre su cabeza y hombros. La fuerza de esta mordedura probablemente cortó la médula espinal de Eddie, evitándole la sensación de que la hembra le arrancara la parte inferior del cuerpo; la hembra se quedó con las caderas hacia abajo, mientras que el macho consumió el resto. La conmoción y la pérdida de sangre habrían llevado a una muerte rápida, aunque ser aplastado y asfixiado en las fauces del macho posiblemente podría haberlo matado primero. Tener tanto daño hecho a su cuerpo podría haber hecho posible que Eddie perdiera el conocimiento antes de experimentar una muerte tan horrible.
Ya sin nada que atacar, la Tyrannosaurus hembra soltó el Mercedes y ambos dinosaurios abandonaban el lugar del ataque; la hembra no se comió la parte inferior del cuerpo de Carr y, en cambio, pudo haberlo utilizado para alimentar a su descendencia.
Legado[]
El Fleetwood RV se deslizó hasta caer por los acantilados, arrastrando al Mercedes con él, pero la muerte de Eddie Carr no fue en vano. La cuerda que había atado se mantuvo firme, y sus tres compañeros pudieron trepar por ella para ponerse a salvo. Kelly fue encontrada por los Cazadores de InGen, quienes la reunieron con el Dr. Malcolm y los otros Recolectores. Aunque los dos grupos se oponían fundamentalmente, finalmente cooperaron entre sí. La muerte de Carr dejó a los demás un último y sombrío regalo de despedida; sació a los Tyrannosaurus durante la noche, lo que significaba que pasarían unas horas antes de que abandonaran su nido para cazar de nuevo.
Eddie fue el único miembro del equipo de los “Recolectores” que nunca abandonó Isla Sorna. Todos los demás lograron salir con vida, a pesar de la pérdida de todo el equipo de radio durante la noche del 28 de mayo. La única razón por la que se supo que los Tyrannosaurus lo mataron fue el relato de un testigo ocular: Kelly Malcolm, que vio el acontecimiento desde el Escondite Alto.
El final del incidente en Isla Sorna fue solo el comienzo del nuevo lugar para la des-extinción a la vista del público. Aunque la “expedición de cosecha” había sido saboteada, Ludlow logró llevar al Tyrannosaurs macho a San Diego junto con el menor. Una enrevesada serie de eventos llevó a que el adulto fuera liberado accidentalmente, y Malcolm y Harding tuvieron que rectificar la situación. Esto finalmente reveló la verdad de la des-extinción. El público sabía de los dinosaurios de InGen, y el mundo cambió para siempre.
Canon Literario[]
Eddie Carr fue el asistente de Jack Thorne en Thorne Mobile Field Systems. Según Thorne, Carr era brillante con la mecánica; podía arreglar cualquier cosa y entender cómo funcionaba con solo mirarlo. Ayudó a ensamblar la mayor parte del equipo utilizado en la expedición a Sorna y estaba nervioso por su operación en el campo.
Eddie acompañó a Ian Malcolm y Thorne a la isla, y proporcionó experiencia mecánica donde se necesitaba, lo que sería importante en la isla. También fue con los otros dos hombres y Sarah Harding al nido de T. rex, y su bota fue atacada por uno de los tiranosaurios bebés. Aunque le dijeron que le disparara, Eddie llevó a la cría a los remolques para ver si tenía la pata rota. Sin saber nada sobre cirugía o animales. Por sugerencia de Richard Levine, Eddie fue al escondite alto en busca de seguridad.
Cuando una manada de Velociraptors atacó la plataforma de observación, intentó golpearlos con un poste de metal. Sin embargo, un raptor se lo arrebató y Eddie cayó al suelo donde la manada lo mató.
Descripción[]
Eddie Carr es interpretado por Richard Schiff. Se basa libremente en el personaje del mismo nombre que aparece en la novela The Lost World, de Michael Crichton, aunque algunos aspectos clave del personaje son alterados. Un ejemplo es su apariencia; en la novela se lo describe como un joven moreno y robusto de no más de veinticuatro años de edad, con dedos largos y delicados pese a su profesión de mecánico. En su mayor parte, su personalidad es similar entre ambos canones, aunque en la novela es más dócil mientras que en la película tiene una actutud sarcástica.
Al obtener su licenciatura en ingeniería a la edad de solo diecinueve años, y luego su maestría a los veintidós, está claro que Eddie Carr fue muy hábil con las máquinas toda su vida. Mantuvo sus conocimientos actualizados a medida que el mundo tecnológico avanzaba a pasos agigantados a finales del siglo XX, como cuando asistió a la extensión del MIT en 1990 para estudiar diseño informático.
Su carrera comenzó con la personalización de vehículos y equipos. A fines de la década de 1990, era un ingeniero muy respetado, buscado por los clientes para una variedad de propósitos; se especializó en el desarrollo de equipos para su uso en terrenos accidentados, como vehículos todo terreno y laboratorios de campo. Esto lo hizo solicitado por clientes como organizaciones de investigación. Podía modificar un vehículo existente para satisfacer prácticamente cualquier necesidad, y era experto en aprender los entresijos de una máquina con una velocidad impresionante. Además, también podía diseñar, fabricar y programar una máquina funcional desde cero, lo que le permitió desarrollar tecnologías especializadas para sus clientes. Algunos de sus inventos notables fueron el Escondite Alto, una plataforma de observación elevada y camuflada, y un laboratorio móvil en el remolque; proporcionó ambos para la expedición de los “Recolectores” a Isla Sorna en 1997. Probó la mayoría de sus máquinas él mismo, y entre el trabajo de construcción y prueba de estos dispositivos, Carr desarrolló musculatura; no era un corredor rápido, pero tenía buena resistencia, una parte superior del cuerpo fuerte y manos diestras.
Como ingeniero especializado en modificación de vehículos, Eddie estaba íntimamente familiarizado con los vehículos y, por lo tanto, era un excelente conductor. Operar una transmisión manual era una segunda naturaleza para él. Tenía experiencia en la conducción todoterreno y navegaba por terrenos accidentados con facilidad, conduciendo vehículos de tamaño medio y remolques más grandes. Muchos de los vehículos que conducía habían sido personalizados por Mobile Field Systems, por lo que Carr y sus empleados habrían conocido sus peculiaridades mejor que quizás cualquier otro. Durante el incidente de 1997, Eddie conducía un Mercedes-Benz ML 320 AAV Santana de 1997; su flota también incluía un AAV Fontana y un AAV Montana. Lo más probable es que fuera el conductor del Fleetwood Southwind Storm de 1996 que los “Recolectores” utilizaron como laboratorio móvil, ya que este era el vehículo más complejo de manejar y tenía el mayor número de modificaciones inusuales.
Durante el incidente de 1997 en Isla Sorna, Eddie utilizó su Santana para sostener el RV Fleetwood mientras su remolque colgaba sobre el borde de un acantilado. El RV era mucho más grande que el Santana, pesaba un total de diez toneladas, y el suelo embarrado le permitía deslizarse más cerca del olvido cada segundo. El Santana de Eddie no era lo suficientemente grande como para arrastrar el remolque por el acantilado, pero logró evitar que cayera el tiempo suficiente para salvar a sus compañeros. Es poco probable que alguien con menos experiencia pudiera haber logrado una hazaña tan imposible de habilidad vehicular.
Junto con computadoras, vehículos y otras máquinas, Carr trabajó con armas de fuego en ocasiones. Un arma que usó ocasionalmente fue el rifle de aire comprimido Lindstradt; lo eligió por su versatilidad y funcionamiento silencioso, lo que lo hacía bastante útil en el campo. Entre sus clientes se encontraban investigadores de la vida silvestre, y el Lindstradt era útil para golpear a los animales con dardos tranquilizantes. Para una línea de defensa más letal, Eddie cargaría los dardos del rifle con toxinas de acción rápida. Los seleccionó no solo para matar animales amenazantes rápidamente, sino también sin dolor. Aunque mostró una gran confianza al describir la capacidad del rifle y la velocidad efectiva de la carga útil de la toxina, su habilidad real con las armas de fuego no se demostró durante el incidente de 1997. El Lindstradt se había enredado con la red de malla de su vehículo durante un ataque animal y no pudo liberarlo a tiempo para protegerse.
El área de especialización de Eddie eran las máquinas y la tecnología, las computadoras y la electrónica. Sin embargo, tenía algunos conocimientos de biología, probablemente debido a la naturaleza de su trabajo de comisión. El equipo de campo era su oficio, por lo que sus clientes solían ser personas que trabajaban en la naturaleza, como los biólogos investigadores. Es probable que haya aprendido mucho sobre animales debido a los clientes que vio su negocio. Hizo uso de toxinas naturales para la autodefensa, prefiriendo cargar los dardos de su rifle de aire comprimido Lindstradt con el veneno de Conus purpurascens (un caracol de cono del Pacífico altamente venenoso). Carr estaba bastante familiarizado con lo mortal que podría ser este veneno, lo que sugiere que lo había visto en acción antes. Si bien estaba bien informado sobre la toxicología de los gasterópodos, tenía menos conocimientos sobre paleontología, y sabía bastante poco sobre los dinosaurios antes de su misión final a Isla Sorna en mayo de 1997.
Personalidad y Rasgos[]
Eddie Carr era el propietario de Mobile Field Systems, pero no era un jefe en el sentido tradicional; él era un líder. Sus empleados eran su equipo y trabajaba codo a codo con ellos. De esta manera, no estaba simplemente a cargo, sino que podía aportar su experiencia como recurso. Con este enfoque, aumentó de manera demostrable el éxito de Mobile Field Systems al hacer que el equipo de ingeniería de la empresa estuviera más capacitado en su conjunto. También demostró cualidades de liderazgo durante la expedición de los “Recolectores” a Isla Sorna, a pesar de que esto lo sacó de su elemento y lo colocó como miembro de un equipo con el que nunca había trabajado antes. La misión duró poco, pero Carr asumió el puesto de especialista en equipos con facilidad y analizó el terreno desconocido para ayudar a sus compañeros a navegarlo sin demasiados problemas. Aunque no siempre se llevaba bien con los miembros de su equipo, y era más un igual que una figura de autoridad, evitó conflictos mayores e incluso se hizo amigo de los demás. Al final del primer día en Isla Sorna, se apresuró a actuar para salvar a los otros miembros del equipo del peligro mortal. No se rindió ni siquiera cuando su propia vida estuvo en peligro, y finalmente se sacrificó para salvar a sus compañeros. El acto de muerte de Eddie demostró su calidad no solo como líder, sino también como amigo.
Eddie era considerado un experto líder en comunicaciones móviles por satélite, que era una tecnología nueva y en desarrollo en ese momento. El primer teléfono móvil por satélite del mundo se lanzó al público en 1989, mucho después de que Carr se graduara de la universidad, pero aprendió y se adaptó a esta tecnología para convertirse en un maestro. El Sistema de Posicionamiento Global fue otra tecnología en desarrollo que Eddie dominó durante su carrera. Los satélites GPS fueron lanzados por primera vez en 1978 por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos después de varios años de investigación, y la red se conectó por primera vez en 1993, pero Carr ya había dominado el uso del GPS a principios de 1997.
Su habilidad con la tecnología se debió no solo a su educación y aptitud natural, sino a su enfoque. El mismo Carr atribuyó su éxito a un sentido de respeto por la tecnología con la que trabajaba. Para él, esto no era una cuestión de control, sino más bien una relación mutua; se preocupaba por sus máquinas como a una pareja romántica, solucionando los problemas con paciencia en lugar de ceder a la frustración. Cuanto más compleja es la máquina, más verdadero es este sentimiento. Carr tenía poca tolerancia por que las personas fueran rudas con sus dispositivos e insistió en que solo funcionarían si se los trataba con amor y cuidado.
Muchas personas se sienten frustradas cuando la tecnología no funciona como esperaban. Eddie no era uno de ellos. Comprendió que la capacidad de una máquina es tan buena como su operador, y con este fin, construyó sus dispositivos con cuidado experto y los trató con amor. Esto solo era más importante cuanto mayor era la complejidad de la máquina. Si un cliente tenía un problema con uno de los dispositivos de Eddie, la raíz del problema era casi siempre un error del operador, y Carr no dudaba en señalarlo.
Este enfoque del uso de la tecnología fue clave para su éxito como ingeniero. Si tenía un problema, daría un paso atrás y verificaría si estaba haciendo algo mal, luego vería si la máquina requería mantenimiento o modificación. La máquina en sí no tenía la culpa, solo necesitaba algo. El trabajo de Eddie era determinar si ese algo necesitaba ser reparado o simplemente debía ser tratado de manera diferente. También, como en una relación romántica, Carr siempre estaba dispuesto a aprender y mantener sus conocimientos frescos. Al continuar su educación periódicamente, pudo actualizarse sobre los últimos desarrollos en el mundo de la ciencia y la tecnología, convirtiéndolo en un mejor socio para las máquinas que construía en el taller de su empresa. Esto le permitió dominar cosas como el GPS y la comunicación por satélite casi tan pronto como se inventaron.
Cuando le dijeron por primera vez que los animales prehistóricos habían cobrado vida en Isla Sorna, Eddie no creía del todo lo que estaba escuchando. Hasta entonces, la des-extinción había sido objeto de la teoría de la conspiración, no de los hechos. Lo creyó lo suficiente como para ir a la misión a Isla Sorna, donde fue testigo de primera mano de los productos de la investigación de InGen. Esto lo dejó boquiabierto; los dinosaurios eran más grandiosos de lo que podría haber imaginado. Sin embargo, a diferencia de los otros miembros del equipo, Carr se mantuvo neutral con respecto a la ética de la des-extinción. Nick Van Owen y la Dra. Sarah Harding fueron entusiastas partidarios de esta ciencia, mientras que el Dr. Ian Malcolm fue un firme crítico y se opuso a ella. Eddie, por otro lado, veía a los dinosaurios como lo que eran: animales. No hizo ningún comentario específico sobre si creía o no que los dinosaurios deberían haber sido clonados en primer lugar, pero estuvo de acuerdo con sus compañeros de equipo sobre los derechos de los animales. Ahora que estaban vivos, merecían ser tratados con respeto; al presenciar el manejo descuidado de InGen de los dinosaurios capturados, Eddie mostró signos de disgusto. No estaba entre los miembros del equipo que sabotearon el campamento de InGen y liberaron a los animales, pero mientras eso sucedía, preparó afanosamente el Escondite Alto para sus propósitos de investigación previstos. Claramente, no tenía ninguna intención de permitir que Peter Ludlow abriera su parque planeado en el continente antes de que el público tuviera la oportunidad de ver a los dinosaurios viviendo en la naturaleza.
Relaciones[]
Dr. John Hammond: El cliente final de Eddie Carr fue el excéntrico y solitario empresario John Hammond, director ejecutivo de International Genetic Technologies. Este había investigado a Carr y descubrió que sus habilidades como ingeniero eran de primera categoría, por lo que lo contrató para la misión secreta en Isla Sorna, donde Carr trabajaría como especialista en equipos de campo. Hammond también encargó varios vehículos y piezas de equipamiento a medida. Junto con otros miembros del equipo, a Eddie le contaron cómo InGen había utilizado Isla Sorna como campo de pruebas para la des-extinción, y que ahora los resultados recorrían la isla libremente. La misión era documentarlos en la naturaleza y defender el establecimiento de Isla Sorna como la primera reserva de animales des-extintos del mundo.
Hammond no informó a Eddie de que InGen no estaba de su lado; él ya no era director ejecutivo, y el dinero que le pagaba a Carr no era una ganancia de la empresa, sino más bien la cuenta personal de Hammond, que se estaba reduciendo rápidamente: Hammond se estaba muriendo y, por lo tanto, ya no necesitaba dinero. El único objetivo que tenía el era preservar a los dinosaurios, que InGen y sus rivales buscaban explotar. Eddie no se enteró de esto hasta después de arribar a la isla y la misión estubo en marcha. Su muerte durante el incidente en Isla Sorna fue una tragedia, pero en última instancia, debido a que Carr decidió arriesgarse en lugar de abandonar a los otros miembros del equipo, no se culpó a Hammond.
Los Recolectores: Para la misión a Isla Sorna en 1997, Eddie estuvo acompañado por otras tres personas, dos de las cuales había conocido antes de la salida; juntos formaron los “Recolectores”. La primera fue la Dra. Sarah Harding, bióloga especializada en el comportamiento de animales depredadores; se había enterado de la misión de Hammond después de ser contactada y se le acercó para que asumiera el puesto de investigadora. El segundo miembro del equipo era Nick Van Owen, un documentalista de videos y activista ambiental que recopilaría imágenes de los dinosaurios para influir en la opinión pública. Carr no conoció al tercer miembro del equipo hasta el día que partieron de California hacia Costa Rica: este era el Dr. Ian Malcolm, un matemático/científico famoso que había presenciado dinosaurios antes gracias a Hammond. Dos años antes, Malcolm había aparecido en televisión en vivo y actuado como denunciante, pero el público lo tachó de chiflado y fraude. Eddie se convirtió en una de las pocas personas seleccionadas en saber que Malcolm no lo había inventado.
La personalidad de Carr era muy diferente de la de la impulsiva Dra. Harding y del irascible y promiscuo Van Owen, pero, sorprendentemente, fue el cínico Dr. Malcolm quien tuvo sus “roses” con él. Malcolm llegó al garaje de Eddie antes de lo previsto, exigiendo partir de inmediato, interrumpiendo el flujo de trabajo en Mobile Field Systems y criticando el equipo de Carr por ser insuficiente para lo que iban a tratar. Eddie todavía no estaba completamente convencido de que las historias de des-extinción de Hammond fueran totalmente ciertas, lo que irritó a Malcolm. También tuvieron conflictos en términos de tecnología; Malcolm no tenía habilidades tecnológicas y se frustraba cuando no podía utilizar un dispositivo. En un momento, intentó usar un teléfono satelital sin encenderlo. Malcolm usaba estos dispositivos de manera brusca cuando se frustraba, lo que era una gran molestia para Carr, quien insistió en que los dispositivos debían usarse con amor, paciencia y respeto.
Para empeorar las cosas, el Dr. Malcolm había traído a un invitado no deseado: su hija Kelly Curtis-Malcolm, de doce años, se había escondido en el remolque después de tener una discusión con su padre en el taller. Kelly ahora era un lastre para la misión, y Malcolm estaba intentando contactar con el continente para llevarla de regreso. A pesar de este inconveniente, Eddie y los otros miembros del equipo se divirtieron con las personalidades similares del Dr. Malcolm y su pequeña hija.
Aparte de Malcolm, Eddie se llevaba bien con sus compañeros de equipo, volviéndose tan dedicado a la misión como lo estaban cuando se encontró con sus primeros dinosaurios. Le sorprendió saber de ellos que Hammond ya no era el director ejecutivo de InGen y que la empresa había enviado un equipo propio a la isla; Carr los vio acorralar a los dinosaurios sin tener en cuenta la comodidad de los animales. Al descubrir que InGen estaba planeando abrir una atracción similar a un zoológico para las criaturas, Eddie estuvo de acuerdo con los otros miembros del equipo en que InGen debería ser detenido. Por primera vez, los cinco miembros del equipo estaban de acuerdo en algo. Carr no participó en el sabotaje que la Dra. Harding y Van Owen fueron a realizar, pero sí comenzó a preparar su plataforma de observación para su uso con la intención de llevar a cabo la misión de investigación y documentación según lo previsto. Esto alentaría al público a apoyar el derecho de los dinosaurios a vivir en la naturaleza, en lugar de en un zoológico o parque temático.
El Escondite Alto tuvo su primer y único uso esa misma noche; después del sabotaje, Nick rescató a un joven Tyrannosaurus del campamento de InGen para reparar su pierna rota. Malcolm llevó a Kelly desde el campamento de los Recolectores al Escondite Alto por seguridad, y justo a tiempo; los padres del tiranosaurio llegaron en busca de su descendencia. Malcolm intentó contactar con el tráiler pero no obtuvo respuesta alguna, dejando la plataforma para advertir a su novia y a Van Owen del peligro. Eddie se quedó con una asustada Kelly, pero no pudo permanecer allí mucho tiempo: vio desde la distancia como los Tyrannosaurus, habiendo recuperado a su hijo, destruían los remolques y los empuaban por los acantilados junto al mar. El padre de Kelly todavía estaba adentro, al igual que los otros miembros del equipo. Carr dejó la seguridad del Escondite Alto para salvarlos.
Sus tres amigos habían sobrevivido milagrosamente, pero quedaron colgando sobre la costa rocosa de la bahía de abajo mientras el RV se arrastraba lentamente por el borde debido al peso del remolque colgando. La lluvia había embarrado el suelo, por lo que no había nada que lo frenara. La sólida construcción de Eddie había mantenido el acordeón que conectaba a los dos vehículos lo suficientemente abiertos como para que pasaran, así que les lanzó una cuerda para trepar. Usando el cabrestante de su automóvil, luchó contra la gravedad para mantener el remolque suspendido mientras sus compañeros escapaban. Desafortunadamente, la conmoción hizo que los tiranosaurios volvieran al campamento y comenzaron a destrozar el vehículo de Carr. Intentó sacar su arma, mantenerse fuera de su alcance y mantener el pie en el acelerador al mismo tiempo. Aunque sus esfuerzos pudieron salvar la vida de sus amigos, los tiranosaurios lo extrajeron del vehículo y lo mataron. Él sacrificio de Eddie sació su hambre por un corto tiempo, dando a los sobrevivientes una ventaja para escapar de Isla Sorna antes de que los depredadores titánicos emergieran para cazar una vez más.
Personal de InGen: International Genetic Technologies, Inc. tenía su sede en el sur de California, al igual que el taller de Carr, pero no hay evidencia de que InGen le haya encargado equipo de campo. Probablemente había oído hablar de ellos, y ciertamente escuchó las inusuales teorías de la conspiración que circularon a mediados de la década de 1990 por el Dr. Ian Malcolm, pero nunca podría haber predicho que él mismo se vería atraído por esta extraña historia.
John Hammond, ex director ejecutivo de InGen, se puso en contacto con él para que fuera el especialista en equipos de un equipo enviado a Isla Sorna para estudiar los dinosaurios ahora salvajes que InGen había creado allí. Eddie no sabía que Hammond había sido destituido de su puesto de director ejecutivo hasta la llegada del equipo de InGen a la isla. Este equipo estaba dirigido por el nuevo CEO de InGen, Peter Ludlow, y conformado por una gran cantidad de personal. Los cazadores fueron dirigidos por Roland Tembo, con su amigo Ajay Sidhu actuando como rastreador. Su especialista en equipos, el equivalente a Carr, era un hombre llamado Dieter Stark; este no era un hombre agradable, siendo incluso más sardónico de lo que podía ser Carr, y no tenía cualidades de líder en absoluto. En lugar de la satisfacción de un trabajo bien hecho, Stark estaba principalmente motivado por la oportunidad de sentirse poderoso al abusar de animales más débiles que él. El científico del equipo de InGen fue el Dr. Robert Burke, un paleontólogo.
De todos los miembros del equipo de Recolectores, solo Nick Van Owen sabía sobre el equipo de InGen, y llevó a la Dra. Harding a sabotear sus esfuerzos. Mientras tanto, Eddie instaló la plataforma de observació, con la intención de continuar su misión de investigación a pesar de la llegada de InGen. Obtener el apoyo del público aún podría derrotar a la compañía y mantener a los dinosaurios salvajes a salvo. Sin embargo, Carr nunca volvería a encontrarse con miembros de InGen, ya que murió durante la misión esa noche; fue asesinado por Tyrannosaurs, que se involucraron en el incidente después de que Ludlow hiriera a su descendencia. Eddie murió salvando a sus compañeros de equipo, y mientras ellos lamentaban su perdida, InGen fue menos comprensivo. El cazador líder, Roland Tembo, no simpatizaba con los Recolectores con respecto a la muerte de Carr, pero apreció el sacrificio de este a su manera desapasionada; señaló que después de haber comido, los tiranosaurios tardarían un tiempo en volver a tener hambre.
Compañeros y ayudantes de Mobile Field Systemes: Aunque no se sabe si fundó la empresa o ascendió de rango, Eddie Carr estaba a cargo de Mobile Field Systems en 1997 y era claramente un líder capacitado. Su experiencia con maquinaria y computadoras lo convirtió en un ingeniero eficiente, pero también pudo enseñar sus habilidades a otros empleados, lo que aumentó la calidad general del trabajo de la empresa y brindó a sus empleados un conocimiento valioso en beneficio de sus propias carreras. Se podía ver a Eddie trabajando junto a su equipo de ingenieros en el taller, en lugar de simplemente supervisar las operaciones; su motivo como propietario de la empresa no era estar en el poder y obtener ganancias, sino entregar productos de primer nivel y mejorar las habilidades de su equipo.
Fue debido a este enfoque basado en resultados que Carr llevó a Mobile Field Systems a convertirse en un servicio de demanda perpetua para los clientes en busca de equipos de campo. A partir de 1997, la compañía tenía un flujo interminable de clientes que los mantenían ocupados en todo momento. Si bien esto era estresante y agitado, también significaba que todos los empleados ejercían constantemente sus habilidades y tenían buenos ingresos. Algunos de sus clientes eran bastante ricos, como John Hammond; fue el último cliente de Mobile Field Systems antes de la muerte de Carr y, de hecho, este murió mientras trabajaba en el trabajo para el que lo contrató Hammond. Se desconoce quién sucedió a Carr en Mobile Field Systems como la persona a cargo.
Trivialidades[]
- “Eddie” es una abreviación del nombre de pila “Edward”, por lo que es posible que este sea su verdadero nombre. El nombre Edward es de origen anglosajón, pero sus raíces provienen de lo profundo de la historia indoeuropea. Traducido libremente, significa "protector de la riqueza"; incluye las raíces del inglés antiguo ead y ƿ eard, que significan "riqueza / prosperidad" y "protector / guardián" respectivamente. El último término se encuentra en latín, griego y sánscrito, y su significado sánscrito se traduce como "en la punta del dardo". Edward era un nombre popular en la era anglosajona de la historia inglesa, cayó en desgracia entre las clases altas durante un tiempo y luego fue popularizado nuevamente por el rey Enrique III que usó el nombre para su hijo. El apellido “Carr” también proviene de Inglaterra, con una variedad de orígenes propuestos. Puede provenir del nórdico antiguo kjarr que significa "pantano", el gaélico ciar que significa "oscuro", el apodo irlandés gearr que significa "corto" o el galés cawr que significa "gigante".
- Pese a la similitud fonética en cuanto a su apellido con la palabra “car” (“auto” en inglés), este es anterior al motor de combustión interna por bastante tiempo y, por lo tanto, no tiene nada que ver con los automóviles. La similitud es pura coincidencia.
- La forma en la que Eddie muere entre el canon literario y el canon cinematográfico son muy diferentes; en la película, es asesinado por los Tyrannosaurus mientras intenta tirar de los remolques por los acantilados, mientras que en la novela es asesinado en el Escondite Alto cuando la plataforma es atacada por la manada de Velociraptores, encontrando su fin mientras defiende a sus compañeros de las rapaces.
- En la novela, es Carr quien sugiere llevar al joven Tyrannosaurs a los remolques para reparar su pierna, pero luego lleva a los otros miembros del equipo al Escondite Alto por seguridad.
- El Eddie Carr del canon cinematográfico toma algunos aspectos de Jack Thorne, un personaje exclusivo de la novela, como ser el propietario de “Mobile Field Systems”; en la novela, Eddie es el asistente de Thorne, y la compañía se llama “Thorne Mobile Field Systems”.



